Diablo IV

9,5 Nota General
Diversión: 10/10
Audiovisual: 9/10
Jugabilidad: 9/10

Diversión garantizada desde el comienzo | No tiene fin | Santuario | Las clases y sus posibilidades

Algún bug que aún queda por solucionar como el que está relacionado con una misión secundaria

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Título: Diablo IV

Desarrolladora(s): Blizzard Entertainment

Editor(es): Blizzard Entertainment

Plataforma(s): Xbox Series X|S, Xbox One, PS5, PS4 & PC

Género(s): RPG de Acción

Lanzamiento: 6 de Junio de 2023

Idioma: Textos: Español, Voces: Español

Llevo ya unas semanas con Diablo IV y menuda barbaridad de videojuego que se ha marcado Blizzard Entertainment. Desde ya puedo asegurar que estamos ante el mejor videojuego de la franquicia.

La saga ha ido llegando cada vez a más público. Diablo 2 supuso un juego de culto que es amado por muchos jugadores que proceden de PC. Con Diablo 3 llegaron a una audiencia mayor ya que el videojuego tuvo mucha calada en las videoconsolas domésticas. Esa entrega no gustó tanto a la gente que venía de Diablo 2.

Blizzard recogió el feedback de la gente más crítica y lo tuvo muy en cuenta para el desarrollo de Diablo IV. La nueva entrega de la franquicia es el mayor éxito de la prestigiosa desarrolladora. Además han conseguido contentar tanto a los fans de Diablo 2 como a la gente que sí les gustó Diablo 3, toda una proeza y es que Diablo IV está muy bien tratado en todos los aspectos.

A estas alturas ya deberíais saber que la saga está encuadrada en el género Dungeon RPG que es más específico que RPG de Acción. De serie parte con cinco clases que son: Druida, Pícaro, Bárbaro, Hechicero y Nigromante. A día de hoy podría decir que hay tres clases que están muy potenciadas. Pícaro, Hechicero y Druida a nivel de ‘sembrar el caos‘ están por encima de Bárbaro y Nigromante. Eso no quita que con Nigromante y Bárbaro se pueda disfrutar, todo lo contrario.

De hecho mi primer personaje es un Nigromante que actualmente tengo a nivel 77. Ya estoy en el Endgame del videojuego que es, también, una auténtica pasada. Las cinco clases están muy bien diferenciadas y no sólo os tenéis que quedar con ese número ya que con cada clase muy fácilmente podéis hacer tres o más configuraciones de personajes muy diferentes entre sí. Me voy mismamente a mi Nigromante que tiene tres registros claramente diferenciados. Por un lado se puede optar por el poder de la sangre, esa rama es probablemente la que más daño hace, luego está la de tirar con la ‘familia‘ alias esbirros. Esa vertiente es quizá la menos divertida de esta clase ya que el jugador se convierte en un mero espectador que tiene que ir dando vida a ‘la familia de esbirros’. Por último está por la que llevo tiempo manejando, la de la lanza de huesos que se puede combinar un tanto con los esbirros que ayudan a proteger al nigromante. A mí esta faceta me parece la más divertida ya que hay acción directa, control de masas, mucha movilidad por el escenario… es una rama muy activa para el jugador. Extrapolar eso al resto de clases con lo que teniendo en cuenta las tres configuraciones que se pueden dar por cada clase, hay 15 posibilidades de juego muy diferenciadas.

Diablo IV se diversifica en la campaña y el endgame. Cualquier seguidor más experimentado os dirá que en el endgame es donde realmente comienza el videojuego. Eso no implica que no hayan cuidado la campaña principal. Y es que es la campaña más elaborada por Blizzard Entertainment, han recreado unos cuantos vídeos que muestran la historia y que tienen una gran dirección, la cual crece a partir del Acto 4. La campaña está dividida en seis actos que hacen recorrernos el extenso mapa de Santuario. Os recomiendo que prestéis atención a la historia, merece la pena. Tiene personajes que van mostrando su potencial y la crudeza que oscila Santuario con la llegada de Lilith. A las misiones principales hay que sumarles una enorme cantidad de misiones secundarias. Muchas de ellas tienen un trasfondo de historia con mucho gancho. Incluso hay cadenas de misiones secundarias que vienen de determinados personajes secundarios que cuentan historias que hay que tener muy en cuenta. Me gustó especialmente una que tocaba el tema del exorcismo. Creo que fueron como unas cuatro misiones secundarias que se fueron entrelazando conforme se iba progresando. De ese estilo hay muchas más.

Santuario está llena de desgracias y emociones fuertes. Ese filón está muy bien llevado en cada recoveco del mapa que, insisto, es enorme. No hay lugar al aburrimiento, es super divertido ir superando tanto las misiones principales como las secundarias. En nuestro canal de Youtube hemos publicado ya algunas misiones secundarias y también otras partes que pertenecen al Endgame.
Para la campaña os recomiendo que juguéis en el Mundo 2. Al inicio sólo hay dos niveles de mundo desbloqueados. A poco que os sepáis manejar con las diferentes clases, el primer mundo es facilísimo. El mundo 2 tampoco supone un reto y eso hablando de jugarlo en solitario. Cuando se pasa la campaña se tiene acceso a una mazmorra que desbloquea el mundo 3 y más adelante dependiendo del nivel del jugador se puede liberar el que hasta hoy es el último nivel de mundo. Hablo del Mundo 4 que es el de Tormento. Es de esperar que pronto metan más niveles de mundo. Personalmente, yo accedí al mundo 4 con apenas nivel 60 y con mi nivel actual (77) se va muy sobrado. Por eso me gustaría que en cuanto metan la primera temporada lo acompañen con el Tormento II e incluso si se tercia otros niveles más difíciles.

En el párrafo anterior mencioné la palabra mazmorra. Como Dungeon RPG son más de 100 mazmorras las que hay en todo Santuario. La cantidad es mucho más que la indicada ya que no sólo hay mazmorras como tal, también hay sótanos y otras instancias que salen de muchas de las misiones secundarias. Por parte de las mazmorras, sus diseños son espectaculares. Muchos caminos que tomar, en muchas bifurcaciones se producen eventos secundarios a cada cual más espectacular por todos los enemigos que salen en pantalla… tremendo todo lo relacionado con las mazmorras y sus diseños. El efecto procedural consigue que no haya sensación de repetición, cosa que es una barbaridad por la gran cantidad de mazmorras que hay. Una locura.

Una cosa que me ha encantado de Diablo IV es su evolución a un estilo MMO. Se puede jugar sin conexión en solitario pero el mayor jugo se saca estando conectado a internet. En cualquier lugar del mapa abierto de Santuario se puede ver a otros jugadores que andan haciendo de las suyas. No sólo se ven en ciudades o poblados. Esto hace que, por ejemplo, se puedan jugar los eventos en zonas abiertas con muchos jugadores que ayuden para la causa. Lo mismo pasa con las secundarias que aunque cada uno vaya a su ritmo, si hay muchos enemigos que combatir el resto de jugadores serán de ayuda. En las secundarias no se suele coincidir mucho pero en los eventos y sobretodo en el endgame, ahí si que sí. Siempre hablando de zonas abiertas. En las mazmorras, sótanos y demás si queréis acceder con más gente tendréis que hacer grupo antes (máximo de 4 jugadores).

Con esta evolución no sólo hay PvE, también hay dos zonas del mapa donde se encuentra el PvP. Si queréis experimentar el PvP es mejor que lo hagáis en el mundo 3. En el mundo 4 está la gente que ya ha tiene mucho nivel y os borrarán del mapa con la mirada. Para el PvP del mundo 4 tenéis que tener un equipo muy bien montado y muchísimo nivel de personaje.

Santuario se divide en cinco zonas muy grandes. Cada zona permite ganar puntos de renombre con los que se desbloquean puntos de habilidad, más cantidad de pociones, más puntos de experiencia, puntos de leyenda (a partir del nivel 50 de cada personaje)… con lo que es muy importante conseguir los puntos de renombre. ¿Cómo se consiguen?

Superando las fortalezas (hay tres en cada sección), mazmorras, misiones secundarias, desbloqueando puntos de viajes rápido y descubriendo zonas de la sección. Particularmente os recomiendo que os centréis en alguna sección en concreto para avanzar más rápidamente en una y así ir desbloqueando todo su renombre. Ahora bien, si os interesa más tener más cantidad de pociones entonces sí que tendréis que hacer renombre en las cinco partes de Santuario.

Y todo esto es, por así decirlo, el «concepto de la campaña«. El endgame añade más variedad de contenido a Santuario. Comienza con el Mundo 3 si bien recomiendo que intentéis cuanto antes dar el salto a Mundo 4. Si os habéis dejado secundarias, mazmorras, sótanos… no pasa nada ya que eso seguirá estando presente en todo el desarrollo del endgame.

¿Qué más se añade? Por un lado están los encuentros de legiones que se reproducen cada x tiempo en diferentes lugares del mapa. Si se consigue la maestría se tiene acceso a tres cofres que pueden venir muy bien para mejorar el equipo. Luego están los susurros de árbol que son otro tipo de misiones y que permiten desbloquear más equipo. No faltan los enfrentamientos contra jefes enormes que hay que derrotar en 15 minutos para conseguir el mejor botín. A las mazmorras con el endgame llegan la creación de las mazmorras de pesadilla que son de vital importancia para mejorar los glifos que se desbloquean en el panel de leyenda. Por último y no menos importante están las Mareas Infernales que se abren cada x tiempo en diferentes estancias de Santuario. Con el color más rojizo enseguida se pueden localizar. Allí hay una cantidad enorme de enemigos que hacen más daño de lo habitual y en toda la estancia hay diferentes cofres que valen más puntos que se van recogiendo al ir eliminando enemigos. Por supuesto, los cofres más caros son los que otorgan mejor equipo.

Todo está llevado para progresar más y mejor con el personaje. Es muy importante tener claro qué estilo queréis desarrollar para vuestro personaje. Para eso lo mejor es que en Youtube busquéis videos de vuestra clase, a buen seguro que encontráis builds que os puedan interesar.

Relacionado con esto de la progresión está el equipo que se va consiguiendo de múltiples maneras. Las diferentes piezas bien sea para la cabeza, pechera, armas… se diversifican en colores y clases. Si queréis que os recomiende algo, literalmente os digo que no os preocupéis por el equipo hasta que alcancéis el nivel 50 que es cuando se desbloquea la sección de Leyenda. Hasta entonces podéis mejorar el árbol de habilidades y respecto al equipo os equipáis lo que haga más daño y en cuestión de defensa lo que aporte más armadura. Y es que considero que el mundo 2 -a poco que os manejéis en el género- es un paseo y es el nivel máximo de mundo que podréis jugar hasta que completéis la campaña y superéis cierta mazmorra. Con lo que no es muy necesario fijarse en las características de cada pieza de equipo. Literalmente lo mejor es equiparse lo que os dé más poder y todo lo demás lo recicláis para conseguir recursos que sí os harán falta más adelante. Tampoco digo que lo vendáis ya que dinero os va a sobrar durante la primera etapa.

Una vez se alcanza el nivel 50 y habéis accedido al árbol completo de habilidades, tendríais que tener muy claro sobre el estilo de cómo enfocar vuestro personaje. Ahí es donde entran los bloques de leyenda que están presentes desde el nivel 50 y se puede ir mejorando hasta el nivel 100. En este caso os vuelvo a instar a ver vídeos de youtube para ver qué es lo que mejor os conviene para vuestra build. En esta etapa ya sí que tenéis que fijaros más en las características de las piezas y tener muy en cuenta las que fortalezcan más y mejor las habilidades tanto activas como pasivas que mejor vayan para vuestro personaje. El rango del equipo tiene en las piezas legendarias y únicas sus mejores exponentes pero no sólo eso, a partir del mundo 3 llega el equipo sacro y en el mundo 4 es donde se ve más asiduamente las de tipo ancestral. Las más poderosas suelen ser las únicas y legendarias de las que son ancestrales.

Sobre las legendarias hay que decir que todas tienen un poder concreto que está ligado con las habilidades del personaje. Ese poder tiene un intervalo que va del mínimo al máximo de su capacidad. Si en la estadística véis que tiene el máximo entonces lo mejor es que vayáis donde corresponde a sacárselo y guardarlo para alguna arma que vayáis tener en un nivel de personaje mucho más avanzado. En mi caso uso mucho la lanza de hueso y hay legendarias que tienen el potencial de aumentar mucho el daño de esa habilidad, así que si no mejora lo que ya tengo pero tiene ese específico poder se lo quito y lo añado a lo que tengo o bien me espero a añadirlo a otra arma que vaya a tener más adelante. Medir los tempos para este tipo de mejoras es vital y es que es muy raro que os toquen legendarias con los poderes que os convengan y que a su vez tengan el máximo de potencia. Por otro lado hay muchas mazmorras donde se desbloquean poderes que se pueden aplicar en las piezas de equipo. Esto también ayuda mucho para fortalecer más y mejor a nuestro personaje.

A todo lo dicho hay que unir las gemas que otorgan potenciadores como más daño critico, resistencia a ciertos elementos… que incluso se pueden crear. Eso sí, aquí os recomiendo otra cosa. Se encuentran muchas gemas por el camino tras ir derrotando a muchos enemigos, con lo cual no gastéis recursos para crear gemas. Esto lo digo porque en el nivel 70 más o menos es cuando se desbloquea la cuarta gema de cada clase que es la más poderosa. Es entonces cuando sí que tenéis que crearlas para potenciar al máximo las piezas que tengan huecos para las gemas. Si no tienen huecos también podéis crearlos en muchas de las piezas de equipo.

Diablo IV es una soberana joya a la hora de ir perfeccionando nuestro personaje. Tiene muchísimas opciones de mejorar nuestra clase a la par que hay una gran diversidad de habilidades tanto activas como pasivas. La etapa que se experimenta del nivel 1 al 50 viene muy bien para ver cuál es nuestro fuerte y por donde debemos tirar. La etapa del 50 al 100 es donde debemos ir progresando por el camino que mejor se adapte al estilo que queremos plasmar.

Con lo expuesto hasta ahora hay que destacar la jugabilidad endiablada (nunca mejor dicho), fluida y extremadamente divertida que tiene. Es a prueba de bombas, vais a desear ‘limpiar‘ todo Santuario.

Técnica y gráficamente estamos ante un videojuego muy redondo. En Xbox Series X va fluido en todo momento, los 60 FPS son constantes incluso en batallas que abarcan toda la pantalla. Las cinemáticas tienen un nivel de detalle muy alto y ayudan mucho para adentrarse de mejor manera en la historia. En el mapa abierto de Santuario hay por así decirlo, varios biomas. Zonas nevadas, pantano, desierto, ciudades grandes, villas más pequeñas, interiores… todo está muy bien recreado. La atmósfera del infierno es algo marca de la casa que tiene una ambientación sublime. El diseño artístico casa con muy bien con la propuesta.

Sonoramente es también una maravilla. Bien sea la banda sonora con piezas muy bien compuestas como el doblaje al castellano que es de gran nivel. Son muchas voces de muchos personajes además que las voces escogidas para nuestro personaje sea hombre o mujer, son de gran calibre.

Blizzard Entertainment ha conseguido que Diablo IV sea el mejor videojuego de la franquicia, con lo que no hay dudas de que es el mejor exponente del género Dungeon RPG. Sí, es una obra maestra que no tiene fin pues entre la campaña y el endgame más el añadido de las temporadas no se puede calcular la cantidad de horas de duración. Actualmente con mi nivel 77 y en el endgame del Mundo 4 tengo registradas más de 120 horas de juego, ¡y las que me quedan! Y es que Diablo IV no sólo motiva encarecidamente a perfeccionar el personaje sino que también motiva y mucho a crearse otro personaje de cero e ir progresando lo máximo con cada una de las cinco clases. Y bueno, si sois de jugar en solitario estáis ante una obra magna, pura delicatessen que va a más en cuanto se juega en cooperativo porque así la dificultad aumenta al haber mucha más cantidad de enemigos élites y fortalecidos. En definitiva, así es como se hace un espléndido videojuego.

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Autor: David Graña Ver todos los post de