The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia

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En una época donde los juegos basados en anime son el pan nuestro de cada día, estaba claro que más pronto que tarde tendríamos uno basado en The Seven Deadly Sins, anime bastante famoso en tierras niponas y que, gracias a Netflix, se está haciendo un hueco en nuestro país. Bandai Namco, especialistas en este tipo de juegos licenciados nos ofrece una obra que si bien respeta punto por punto el anime, denota poco cuidado en cada uno de sus apartados.

No vamos a dar muchas vueltas, Deadly Sins es el arquetipo de juego basado en anime. Esto, para los fans de estas producciones será un punto a favor, pero no podemos negar la realidad. Siguiendo al pie de la letra la primera temporada del anime, el juego nos da la posibilidad de controlar a Meliodas que, de forma fortuita, se encuentra con Elizabeth, una joven de la realeza que busca de forma desesperada a los caballeros que dan nombre al anime, los siete pecados capitales.

Con este sencillo aunque válido punto de partida, el juego nos presenta dos modos distintos. Aventura, en el que seguiremos lo acontecido en el anime y el modo duelo, en el que podremos escoger personaje libremente (una vez desbloqueados en el modo aventura) y luchar en modos individuales o en equipo como si un juego de lucha se tratase.

Y es aquí donde residen todos los males del juego. The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia no sabe o no quiere saber a qué género pertenece. Si, en el modo aventura iremos recorriendo un vasto mapa del reino haciendo secundarias, contemplando sencillas escenas que nos explican de forma muy resumida la historia….y nos mezcla dos conceptos que no acaban de desarrollarse. Lo más común es que el juego nos lance a batallas contra varios minion como si de un musou recortado se tratase. Con un control sencillo basado en machacar los mismos botones de continuo o combinando dos de ellos debemos, en una zona reducida, acabar con todos los enemigos en un permisivo límite de tiempo. Todo esto sería pasable si luego, en su modo principal, no fuera lo mismo. Y es que cuando debemos luchar contra un personaje importante, el título intenta ser un juego de lucha…y no lo consigue. Los mismos controles sencillos para unas batallas en las que la IA brilla por su ausencia y que tras unas horas acabaremos aborreciendo.

Bien es cierto que la aventura nos da algunas pinceladas de creación, teniendo que conseguir materiales para poder crear mejoras tanto para un personaje como comunes para todos, pero hasta esto es sencillo y, personalmente, innecesario.

El sonido tampoco se salva, omitiendo la música original de la serie y repitiendo las mismas canciones una y otra vez. Las voces, en japonés, si son las mismas que en el anime. Por suerte, Bandai Namco nos ha hecho llegar el juego subtitulado al castellano, algo de agradecer en este tipo de producciones.

El apartado gráfico nos da una de cal y otra de arena. Si bien es fiel y nos regala algunos modelados de personajes totalmente idénticos al anime, todo tiene una sensación de generación pasada muy pronunciada. Texturas planas, escenarios poco inspirados y, sobretodo, un conjunto muy deficiente para un hardware como el de PS4. Pero, insistimos, todo se puede pasar un poco por alto gracias a lo fiel que llega a ser en todo momento.

Lo más importante es, ¿es un juego digno para los fans? Nosotros que hemos visto el anime recientemente podemos asegurar que, si bien es justito en casi todo lo que plantea, ofrece lo que los seguidores piden, buena representación de sus héroes y villanos, historia bien adaptada y un apartado gráfico sencillo pero fiel. Quizá el salir cerca de obras como Dragon Ball FighterZ le haga más mal que bien, siendo polos opuestos en cuanto a fidelidad de un anime.

Muchas cosas negativas y poco que rascar en los positivo. The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia se siente como una oportunidad perdida para ofrecer un producto digno de la serie en la que se basa e incluso atrapar a nuevos adeptos.