Wo Long: Fallen Dynasty

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“Soulslike”, ese género que nació más o menos hace una década y que cientos han intentado imitar, pero que sin duda alguna Team Ninja ha sabido llevarlo a su terreno y convertirse en uno de los que mejor catapulta este tipo de juegos.

Tanta confianza se han tenido, que con alphas, betas o demos cientos hemos ido probando lo que nos iba a acontecer en esta aventura nueva.

Y es que después de dos muy buenas entregas de Nioh, este nuevo Wo Long: Fallen Dynasty nos trae un combate aún más espectacular, en el que entraremos en detalles más adelante.

Habiendo cambiado las tierras niponas por la guerra China de los 3 reinos, este Wo Long Fallen Dynasty nos lleva a un sistema muy peculiar en su combate, comparándose más a Blooodborne que a Sekiro en muchos aspectos.

Y es que, si bien en el primero nuestra prioridad era dar con todo al enemigo antes de que nos dañase nuestra barra de salud (o bien aprovechar para recuperar parte de esta al ser golpeados), en lo nuevo, Team Ninja te invita a llenar la barra ofensiva para reducir la recuperación de tu rival, y a su vez poder utilizar esa barra para hacer ataques espectaculares o utilizar magias.

El medidor de energía se encuentra bajo la barra de salud, aunque lo curioso es que tiene dos vertientes. Hacia la derecha, en azul, se irá llenando si golpeamos al enemigo o bloqueamos y esquivamos sus ataques. Es decir, el juego nos recompensa por jugar bien. Además, al tener esta barra llena, con el botón Y podrás asestar un golpe muy potente que hará que la barra enemiga vaya cesando.

Por el contrario, la barra hacia la izquierda o roja, hará las veces de Postura como en Sekiro. Y es que si el enemigo llena esa barra podrá asestarnos un golpe crítico, o atacarnos con lo que tenga pues nuestros personajes estará sin stamina y no podremos defendernos y tardaremos en recuperar el control. Algo crucial en un juego en el que los enemigos tienen ataques devastadores que pueden acabar con nosotros en segundos.

Team Ninja ha sabido confeccionar un sistema de combate en el que debes asumir riesgos, tener una estrategia para combatir. Si bien con los ataques básicos podemos defendernos muy bien en combate, el hecho de que los hechizos o ataques especiales de nuestra arma consuman parte de esa barra roja que nos llega a poner en peligro nos harán pensar en qué momento y cuándo debemos usarlos, pues son con los que más daño haremos.

Otro detalle, ya más conocido por nuestros desarrolladores, es el tema de las bestias divinas. Cada una hará algo especial, ya sea curarnos durante un periodo de tiempo o realizar ataques poderosísimos. Sin embargo, tendremos que ser calculadores pues tardan en rellenarse. Además, iremos descubriendolas a medida que avancemos en la aventura, por lo que tendremos que aprender a utilizar, mínimo, un par mientras podamos proseguir y conseguir nuestra favorita.

El uso de las armas es espectacular. Como bien explicaron los responsables, las artes marciales chinas comprenden tanto la fase defensiva como la ofensiva, y es aquí donde el mayor parecido a Sekiro llega.

Como bien aprendimos en el juego de From Software, lo más esencial era desviar los ataques enemigos para asestar los nuestros. Esto Wo Long Fallen Dynasty lo hace a la perfección; incluso si queremos simplemente esquivar, siempre nuestra mejor arma será desviar los ataques.

Lo más importante será conseguir ese “parry” en los ataques de poder enemigos, marcados con un punto rojo o aura roja del enemigo que nos hará saber que lo que viene puede destruirnos.

Si fallamos el daño será inmenso, incluso pudiendo matarnos algunos. Podremos esquivarlos pero si decidimos intentar ejecutar el desvío, podremos ocasionar que el enemigo caiga al suelo y quede aturdido unos segundos, donde podremos asestarle un gran daño si usamos los ataques correctos, como los movimientos especiales de cada arma. Si acertamos, será una gran ventaja. Pero si no, no te preocupes, aunque tardes más, el enemigo caerá.

Sin bandera o con bandera

Si bien el combate es espectacular, el gran cambio que se ve en este juego es el sistema de moral. Basado en conseguir una serie de puntos estratégicos llamados bases o zonas de bandera, donde izaremos una y podremos recuperar salud o descansar (solo en las grandes, que actúan como las clásicas hogueras de los Souls). Pero, este sistema de moral (número que tenemos o tienen encima de la cabeza los enemigos) determina el poder de estos mismos y de nosotros, por lo que llegar a una misión de nivel 10 con un personaje de 80 no nos hará ganar nada si no conseguimos estas bases a lo largo del mapa.

Además de con las bases que nos subirán un punto o dos, derrotar enemigos y desviar ataques con éxito nos aumentarán esta moral, aunque cada vez que nos derroten o que nos ejecuten un ataque al estar sin stamina, perderemos un nivel.

Por lo tanto, este nuevo sistema te obligará o incentivará a explorar todo el mapa con cuidado, pues para llegar a los jefes de final de zona será mejor con cuantos más puntos para poder hacerles todo el daño. El máximo por zona son 25, unos 20 al conseguir todas las banderas y 5 por lo que hagas en el escenario.

Recuerda que si mueres, perderás puntos. Y los enemigos suelen estar en 20 (los finales me refiero).

Lo bueno de este sistema es que si estáis familiarizados con los juegos como Nioh, os resultarán familiares en su estructura estos niveles. Es decir, niveles relativamente pequeños en los que tendremos que avanzar y abrir atajos para conectar ciertos puntos. Aunque, bien es cierto que hay algún mapa que puede ser bastante enrevesado al ser cloacas laberínticas, pero tranquil@s, que si os fijáis bien siempre podréis encontrar todo. Ante todo, paciencia.

A todo lo añadido también hemos de comentar un cambio importante en la exploración: el salto. Si, esta mecánica nos permitirá explorar escenarios desde los tejados para ver qué nos espera más adelante, ver qué ruta es la que más nos conviene o simplemente para caer sobre un enemigo y destrozarlo desde arriba, que siempre es un gustito.

Hay que tener en cuenta siempre este elemento, pues muchas veces las citadas banderas u objetos importantes como los Cristales de Dragón (que nos permitirán conseguir más frascos de vida) se encontrarán en zonas a las que solo podremos acceder saltando o trepando por algún sitio recóndito.

Otro de los cambios de este juego son los elementos. Concretamente llamados virtudes que se separan en 5 categorías: tierra, agua, fuego, metal y madera.

Cada una permitirá que nuestro personaje y enemigos tengan una serie de características particulares. Además, estas virtudes no son estadísticas individuales sino que engloban unas cuantas de ellas que permiten tener una fortaleza concreta contra otra. El ejemplo más fácil es el que nos comentan al inicio del juego, siendo este que la madera es débil contra el metal pero fuerte contra la tierra.

Para hacernos una idea a grandes rasgos, cada una de las virtudes mejora especialmente esto:

• Madera: Salud y resistencia.
• Agua: Sigilo.
• Fuego: Mejora el ataque básico.
• Tierra: Límite de peso.
• Metal: Hechizos.

Además de mejorar lo que quieras, también debes tener en cuenta que los enemigos son débiles a una o más de estas o, por el contrario, resisten y debemos tenerlo en valor para poder que el combate esté a nuestro favor. Por ello, tanto las armas como las piezas de equipo de armadura nos bonificarán con una de estas virtudes, en mayor o menor medida. Tendremos que intentar que nuestras piezas potencien la virtud que estamos mejorando para mejorar su eficacia.

Quizá el gran problema de esto sigue siendo el sistema de loot heredado de juegos anteriores, que si bien ahora no depende tanto de estadísticas como de las citadas virtudes, sigue siendo algo a lo que no todos los jugadores van a entrar y no invita a pasar tiempo en la herrería.

Hablando de esto último, las armas y armaduras podrán mejorarse a +9, por lo que seguramente con el tipo de loot que hay no cambies de armadura muy a menudo, al menos hasta las instancias finales. Quizá lo más práctico es reciclar todo lo conseguido para conseguir materiales e invertirlos en algo que te interese, o conseguir bonificaciones que alteren algo que deseas.

Los enemigos, si bien poderosos, escasean en su número de variantes al verlo en perspectiva. Y es que no hay más de una veintena de enemigos de campo diferentes, cambiando únicamente alguno de ellos su armamento particular. Algo que se nota especialmente al llegar al final de la aventura, pues el patrón es que se repiten en exceso y terminan por ser incluso tediosos.

Algo que se agradece (aunque con matices) durante nuestra aventura es poder contar con la compañía de algunos variopintos personajes que forman parte de los Tres Reinos. Especialmente en las misiones principales donde irán desde el principio con nosotros. Eso sí, a pesar de contar ciertos acontecimientos de esta mítica historia de la China más clásica, dándoles una vuelta para que encajen en lo que sucedió realmente, la forma de narrar esta es un caos que muchas veces no hay por donde cogerlo.

Los aliados de la IA ayudan, aunque más durante el proceso de investigar la zona y conseguir las banderas que en las batallas, donde solo sirven de carne de cañón en algunos momentos. Aparte de que, si bien no se pide que sean los compañeros de IA de Dark Souls 2 (hola Ray el Tímido), que derrotaban al jefe ellos solos, si que agradeceríamos que de vez en cuando golpeasen o hiciesen un mínimo de daño, a parte de al menos no estar constantemente en el suelo desangrándose y haciéndonos dudar de si levantarlos y arriesgarnos a perder la batalla o proseguir solos.

Estos compañeros tienen un vínculo contigo llamado Juramento y, cuando llegan al nivel 10, nos regalarán su equipo favorito. La forma de subir nivel es que nos acompañen en varias misiones, derrotando jefes o consiguiendo todas las bases e izadas de bandera. Es una forma de que les llevemos con nosotros, al menos a nuestros favoritos si nos gustan sus sets. Además, esta opción llamada Refuerzos se encuentra en cualquier bandera principal, y es donde nos permite invitar a jugadores online o a nuestros amigos.

El tema del modo cooperativo es diferente, pues crearás una sala en la que podrás invitar a tus amigos y jugar tranquilamente con ellos sin necesidad de invocarlos en cada nueva zona, o cada vez que ambos falléis y tengáis que empezar de nuevo. Es algo que se agradece, además de que funciona sin problema alguno. Eso sí, se debe tener cuidado con las invasiones pues serán una constante en este modo Coop (gracias a los que me han matado o he matado en este modo, los combates han sido espectaculares). Si no queréis que os invadan tan sólo tenéis que desactivar esa opción.

Dicho todo esto, Wo Long: Fallen Dynasty contiene 16 misiones principales y 30 misiones secundarias, por lo que el contenido es más que apto para que puedas disfrutar de él y de su excelso combate. Al finalizar todo, se desbloquea el endgame en el que se añade una nueva dificultad y se eleva el rango de moral enemigo. Añadido a esto, se desbloquea el equipo de rareza 5 con más bonificaciones.

Habiéndolo podido disfrutar en nuestra Xbox Series X, lo cierto es que gráficamente se nota que no es su punto más pulido, notándose bastante atrasado con respecto a otras propuestas de este mismo 2023; incluido un HDR que muchas veces cuesta tener activo por motivos de iluminación extraños. Eso sí, su solidez en 60 FPS permiten que su intenso combate sea muy disfrutable.

Conclusión

Wo Long: Fallen Dynasty nos trae un combate adictivo, seña de identidad del equipo. Los amantes de los soulslike lo disfrutarán. Está disponible para Xbox Series X|S, Xbox One, PC, Xbox Game Pass (y Ultimate pues tiene juego en la nube), PS5 & PS4.