State of Decay

7.5 Nota General
Jugabilidad: 8/10
Gráficos: 6/10
Sonido: 6/10

El concepto de mundo abierto, comunidad y supervivencia | La gran cantidad de posibilidades de progresar | La ambientación es inmersiva

Tecnicamente compromete la jugabilidad | Desaprovechar el concepto que podía haber sido mucho más ambicioso

Análisis realizado por Miguel Ángel Pernia

Los zombies están de moda, parece imposible que haya un día donde no se vean en algún medio con algún propósito, bien series, películas, cosplays y, últimamente, nos abordan en un buen número de juegos. A estas alturas parece que aquel Left 4 Dead fue más una premonición que una alternativa a la masificación bélica del género shooter, pero ahora, con tantos juegos que explotan este concepto, parece diferente. State of Decay nos pone en una situación similar, los zombies aparecen por todos lados y nuestro objetivo principal, más que saber que tipo de conspiración gubernamental se esconde frente a este apocalipsis, es sobrevivir.

Desde un prisma algo original, no emplea un concepto individual para plantear la historia, la cual comienza en un camping donde sin preludios, nos encontraremos con el ataque de unos zombies. Ante tal situación, nos dirigiremos al centro de comunicaciones del lugar con el fin de buscar respuestas a las dudas que nos plantea esta situación. Allí tras tomar contacto con una serie de supervivientes, nadie es capaz de explicar esta situación, pese a que el peligro que suponen los muertos vivientes no sean ya un misterio a estas alturas. Pero comienza a vislumbrarse que el concepto de sobrevivir es algo más complejo de lo que acostumbra.

Comenzaremos explorando los alrededores, en busca de utensilios, comida, medicinas, lo que realmente importa para la supervivencia en estos casos. Durante la exploración, nos encontraremos con más supervivientes que añadiremos a nuestra comunidad, cuantos más miembros haya mejor, pero las circunstancias obligan a escapar del lago, un lugar demasiado aislado en el que los primeros supervivientes habían muerto por los ataques. Al escapar de allí, por radio, somos invitados a refugiarnos en una iglesia del pueblo y, de este modo, formar parte de una comuna de refugiados supervivientes que será, como nuestra familia.

De primeras, tenemos que considerar que el mapa en el que transcurre la acción de State of Decay tiene una dimensión interesante, por no decir enorme. Un mapa totalmente abierto por el que podremos andar a nuestras anchas, salvo por la circunstancia de la amenaza zombie. Pero en esta extensión, se ubican construcciones de todo tipo, desde pequeños pueblos hasta granjas aisladas del mundo y, en todas ellas, hay recursos que deberemos buscar y recolectar, puesto que el concepto que se abarca una vez llegamos al primer refugio da muestras de la dirección que toma este juego.

Durante los últimos años hemos vivido aventuras con esta temática explotando conceptos bastante limitados, Dead Island fue el primero en abrirse al concepto de sandbox y State of Decay ha seguido su estela, pero desde la acción en tercera persona y abarcando un aspecto de comunidad o un concepto de superviviencia algo menos individualista.

Y es que en State of Decay nos daremos cuenta de nuevas opciones relacionadas con el resto de personajes que aparecerán en la historia y habrá que tener cuidado con ellos. Del mismo modo, tenemos que considerar el estado de la comunidad en el refugio y las instalaciones, para lo que requerimos recursos. Mantener una comunidad supone un uso de esos recursos que tendremos que suplir para que esta se mantenga en buen estado y no sea susceptible del ataque de las hordas zombies.

La comunidad es lo que importa y por eso podremos hacer uso de los diferentes personajes que estén en ella, pero ellos no estarán esperando a que nosotros decidamos optar por ellos. Primero hay que ganarse la confianza y una vez cultivada la amistad podremos optar a usarlos, ya que al explorar y realizar misiones, se acumulará un cansancio que reducirá nuestra resistencia y, cuando estamos cansados, llevar a cabo las acciones será mucho más peligroso y quedaremos muy expuestos a los ataques de los zombies.

Es por tanto, de vital importancia, hacer un uso racionado de los personajes, buscar recursos, hacer un uso adecuado de ellos y preparar todo para una buena defensa, un buen mantenimiento de las despensas para la alimentación, tener elementos que intercambiar entre los personajes a través del almacen, aunque parece más una tienda donde vender y comprar los artículos que requiramos. Hay que saber organizarse. Y en este aspecto entra en juego la personalidad de cada uno de los personajes, si bien, las cualidades o aptitudes de estos determinarán para que tareas son más apropiados, la personalidad de estos también influye para el mantenimiento de la moral. La moral comunitaria es un valor a tener muy en cuenta, ya que por determinados conflictos internos puede verse deteriorada y afectar negativamente al rendimiento de la comunidad.

Pero el mal uso de los personajes o los recursos pueden ser todavía más catastróficos, los personajes pueden verse expuestos a peligros por no atender las peticiones y acabar muriendo. Con esto, entre la acción, la estrategia y el componente rolero, aunado al sandbox, las opciones que State of Decay ofrece son enormes. No podemos decir que sea perfecto, ya que muchos aspectos de la jugabilidad están un tanto desajustados y comprometen un tanto la jugabilidad. Quizás no tanto a nivel de opciones, que al tener que estar atento a tantos aspectos y no poder pausar el juego para comprobar el mapa, las notificaciones por radio y cosas así, nos veremos un poco desorientados y perderse entre tanto que atender agobiará un poco. Puede que sea de agradecer que el sistema de subir nivel sea “automático”, viendo como según que acciones hagamos subiremos nivel de esa aptitiud y con la subida se atribuyen una serie de mejoras concretas. Simple y efectivo.

Pero por otro lado, es quizás el apartado técnico el que provoca algunas molestias a la hora de disfrutar de este juego. No tanto porque la calidad sea obviamente inferior a lo que los juegos de estas fechas ofrecen, estamos hablando de un juego Arcade, de los que se catalogaría como “low cost” y eso por algún lado se tiene que notar y que no tenga un motor gráfico moderno y lleno de efectos no es lo más importante. Pero a veces, es este mismo motor quien nos compromete la jugabilidad, con la aparición repentina de objetos, la limitada profunidad a la que los objetos se hacen visibles. Algo a lo que, pese a todo nos podemos acostumbrar, pero no es lo único, fallos gráficos, bugs y la brusquedad de los movimientos, no de las animaciones, no son importantes hasta que nos dejan con el “culo al aire” y en este juego esas cosas pueden pasar factura, disminuyendo la diversión.

Por lo demás, el mapa es gigantesco y bastante variado, alternando zonas más o menos densas en edificios, dispersos en un mapa en el que ir a pie es una auténtica pesadilla. Mal manejo de los coches, ciertamente resulta algo molesto, pero tampoco es la base de este juego, si que le resta algo de intensidad a atropellar a las hordas de zombies que quieren colgarse del vehículo para desguazarlo.

Poder acceder a los edificios en busca de recursos, incluso de subir a algunos tejados con un rifle, siempre con cuidado de no llamar la atención, porque sino lo podemos pasar muy mal. El juego es completo en todos estos aspectos, pero da la sensación de que la dificultad tiene una curva exponencial que, dado que no podemos subir el nivel a todos a la vez, nos expone al fracaso con bastante frecuencia. Pero a una historia central que se añaden multitud de misiones secundarias, vecinos y invitados militares, lo que más se repite no es la consecución de misiones, sino la escasa banda sonora. Cada misión nos pone a prueba de una forma diferente, es un título amplio, pero desestructurado y con opciones que podían haberse pulido de otra manera.

Zombies en estado puro, un sandbox lleno de libertad y tensión, la cantidad de misiones y aspectos que atender, la autogestión y gestión comunitaria en una ambientación lúgubre y pixelada. Es un juego realmente interesante, que aportará muchas horas de juego y entretenimiento a un precio más que razonable. Si que es para lamentar, que este juego podía haber sido mucho más, sobre todo si consideramos otros juegos que explotan el género, más que la temática, incluso el que no hayan incluido aspectos multijugador, pero eso no se corresponde con lo que nos han ofrecido, que es mucho, por bastante poco.

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Autor: admin Ver todos los post de