Metro Exodus

9 Nota General
Audiovisual: 9/10
Jugabilidad: 9/10
Diversión: 9/10

Nivel audiovisual impresionante | La base jugable se mantiene con novedades | El mundo abierto mejora la experiencia | La trama, personajes y poder narrativo del universo Metro vuelve por todo lo alto

La inteligencia artificial está muy prefijada | Los bugs, tiempos de carga y errores de lanzamiento son imperdonables | No es un shooter para todo tipo de jugadores

Pincha aquí para ver la Ficha

Título: Metro Exodus

Desarrolladora(s): 4A Games

Editor(es): Deep Silver

Plataforma(s): Xbox One (versión analizada Xbox One X), PS4 y PC

Género(s): Acción

Lanzamiento: 15 de Febrero de 2019

Idioma: Textos: Español, Voces: Español

Después de un largo descanso en los túneles de Moscú ha llegado la hora de salir a la superficie, y es que Metro Exodus es una realidad para todos los jugadores, pero antes de partir al éxodo conviene volver a la base y hacer un poco de retrospectiva de lo que han sido estos últimos nueve años. La franquicia Metro ha estado a punto de no existir, y es que la desarrolladora de Kiev (Ukrania) formada por ex empleados de GSC Game World y los padres del inolvidable S.T.A.L.K.E.R. Shadow of the Chernobyl, realizaron su primera entrega Metro 2033 bajo unas condiciones precarias con un presupuesto de solo un 10% de lo que suele destinarse a un AAA de este calibre. Cabe mencionar que Metro no nació exactamente en las oficinas de 4A Games, y es que cada entrega de la serie de videojuegos ha estado basada en una serie de libros de Dmitri Glujovski, un joven escritor y periodista que se ha influenciado de la obra cinematográfica de Andrei Tarkovski para crear la que para muchos es una de las mejores sagas de libros post apocalípticos jamás escritos. Con lo cual la base ya era muy buena, y tanto el libro como el videojuego se retroalimentaron del éxito de la misma manera que ha ocurrido con The Witcher, y  es que THQ editó Metro 2033 en PC y Xbox 360 con un éxito notorio en crítica y ventas, así que parecía que la ambientación rusa postapocaliptica tan poco habitual y un shooter planteado desde una premisa diametralmente opuesta a lo popular del momento fueron los que consiguieron cautivar a jugadores que buscaban algo distinto de Battlefield o Call of Duty. Este éxito fue en 2010 y con 4A Games haciéndose un hueco entre las desarrolladoras europeas de renombre era cuestión de tiempo, concretamente tres años más tarde, cuando tendríamos Metro Last Light. La nueva entrega abría fronteras y llegaba esta vez también a PlayStation 3, se notaba en todos los aspectos que tanto la inversión como la ambición de la obra eran mucho mayores que su predecesor, y nos encontrábamos ante un juego muy continuista pero que llevaba las bases un peldaño más arriba puliendo la acción, el sigilo y el acabado visual. De todas formas, aunque Metro Last Light para muchos era un título superior a Metro 2033 y mucho más ameno y accesible para jugar por todos los jugadores esto no salvó a THQ de la bancarrota, y es que hay que ser claros y cómo vamos a ver en este análisis, Metro no es para todo el mundo.

La licencia cayó entonces en manos de Deep Silver, quienes se hicieron con los derechos en la subasta de THQ para ir perfilando el futuro de la franquicia, y lo primero que tuvimos en las tiendas no pudo haber sido un mayor acierto. Se trata de Metro Redux, un recopilatorio que buscaba beneficiarse de la llegada de la nueva generación de consolas para volver a poner en el ojo del huracán a los usuarios que no hubieran tenido en consideración a Metro 2033 y Metro Last Light; especialmente en el caso de Metro 2033 Redux  nos encontrábamos ante un juego que se acerca más a un remake que a una remasterización al uso, ya que el estudio aprovechó la coyuntura para incorporar las mejoras visuales y jugables de Last Light a dicho título. Pero al mismo tiempo que 4A Games estaba trabajando en esto, internamente llevaban manos a la obra desde la salida de Last Light en la nueva entrega de la franquicia, un juego que tardamos mucho no solo en ver en las tiendas, sino en verlo anunciado, porque no fue hasta la conferencia de Xbox del E3 2017 cuando Phil Spencer desvelaba el regreso de una franquicia multiplataforma muy querida y muy vinculada a las consolas de Microsoft, y era ni más ni menos que Metro Exodus. Aquel primer tráiler real time con música de “28 Días después” servía de aperitivo para que los fans pudieran ver las ideas que tenía en mente el estudio de cara a esta tercera parte y era también una declaración de intenciones de lo que querían lograr con este desenlace de la trilogía de Artyom. Y desde entonces no han parado, Deep Silver y 4A Games han ido promocionando Metro Exodus en todos los eventos que han podido, presentándolo como un referente técnico en consolas gracias a Xbox One X y en PC gracias a la serie 2000 de Nvidia, y también como un nuevo paso en el género de los juegos narrativo de acción al combinar una experiencia lineal en un entorno de mundo abierto. Después de algún que otro retraso y adelanto de la fecha de lanzamiento de por medio, la espera acabó el 15 de febrero de 2019, y es que Metro Exodus quiere poner de manifiesto que los shooter tradicionales para un jugador siguen tan vivos como siempre.

Puestos en situación sobre lo que ha sido la franquicia entre bambalinas, hay que decir que Metro Exodus es una continuación de los acontecimientos de sus dos entregas anteriores, esta vez volvemos a tomar el rol de Artiom en su desesperada búsqueda de una vida posible en el exterior. Los primeros compases del juego vienen acompañados de una cinemática a modo de resumen de los sucesos más importantes de Metro 2033 y Metro Last Light, no profundiza en los personajes ni prácticamente se les nombra, sino que es una especie de contexto histórico para explicar el mundo, lo que dio como consecuencia el post apocalipsis y la situación actual en la que se encuentra el ser humano. Por esto yo considero indispensable, tanto para comprender Metro Exodus como para disfrutarlo en su plenitud, haber jugado cada entrega de la saga, ya que 4A Games da bastante por sentado que conoces de sobra a Artiom, Anna y el resto de aliados en la lucha de nuestro protagonista por conseguir una vida mejor fuera de las guerras urbanas del Metro de Moscú. La “fantasía” de Artiom para el resto de la humanidad parece imposible de conseguirse, y tras dos entregas que servían de presentación del mundo y los protagonistas, una secuela que rompía moldes y le daba nuevos enfoques y posibilidades al universo de Metro, en Metro Exodus nos encontramos ante un juego que sobretodo sirve de cierre de trilogía y de punto final para averiguar si lo que Artiom busca es posible y, más difícil todavía, es capaz de conseguirlo. Después de la primera hora de juego bastante claustrofóbica en 4A Games han optado por no perder el tiempo en cuanto a hilo argumental, y es que va directo al grano. Lo primero que haremos es salir al exterior y conseguir el Aurora, un tren que servirá de base a nuestro equipo y de medio de transporte por un mundo que no está tan deshabitado como pensábamos en las entregas anteriores. Para no entrar más en detalle, cabe decir que en esta odisea de Artiom por un planeta que creía perdido nos encontraremos con multitud de personajes principales y alguno que otro secundario interesante que da lugar a uno de los mejores apartados narrativos de esta generación, una historia que a priori es sencilla y con pocos giros de guion, consigue atraparnos porque se cuenta de forma fantástica desde el primer minuto.

«El ser humano ha sido siempre un asesino muy superior al resto de criaturas».

Cabe recalcar de nuevo que Metro Exodus es una experiencia para un solo jugador, y como es normal, su carga argumental y narrativa está muy por encima de la inmensa mayoría de shooters en primera persona que hemos recibido esta generación. Los libros han servido de una base estratosférica para que 4A Games pudiera construir esta saga de videojuegos, no sería posible Metro sin los libros de la misma forma que los libros están en deuda con la compañía ucraniana, y es que como dice el propio escritor de las novelas, no podría estar más contento con el trabajo que ha hecho el estudio con sus obras. Porque han sabido adaptar perfectamente la atmosfera post apocalíptica de una catástrofe nuclear que se combina con una enorme carga política y social de un nuevo mundo donde el ser humano sigue separado por ideologías a pesar de la cada vez más cercana a su destrucción; de hecho, otro elemento muy presente en las novelas y que se plasma en los videojuegos es el horror que generan las criaturas y la sensación de peligro a cada paso dado, características propias de una lectura de terror que no se han perdido ni un ápice en la adaptación a la hora de mantener también la base de lo que debe ser un videojuego. La experiencia de acción de Metro se combina por tanto con un esquema narrativo repleto de cinemáticas, momentos contemplativos con conversaciones o diálogos entre personajes (herencia de Half Life) y un trasfondo con el que empaparnos si así lo deseamos (sacado de BioShock) al mismo tiempo que ofrece un apartado jugable sólido y con posibilidades para el jugador. Viendo esto no es descabellado sino más bien acertado decir que Metro y este Metro Exodus beben más de los grandes shooter de la historia de los videojuegos y que todos consideramos de culto, que del típico juego con el que solo buscamos entretenernos online con nuestros amigos.

La base jugable de Metro Exodus es continuista con las anteriores entregas, en lo bueno y en lo malo, sigue esa filosofía de si algo funciona y consigue gustar a un gran número de jugadores no merece la pena cambiarlo, sino coger la fórmula y refinarla todo lo posible. Esto trae en consecuencia que a los que les gustaron las dos entregas anteriores están de enhorabuena, y aquellos que buscaban, como afirma 4A Games “un shooter de Twitch”, lo mejor que pueden hacer es alejarse todo lo posible de él. Por tanto, Metro Exodus sigue siendo un juego de acción en primera persona que combina acción, sigilo y supervivencia esta vez en un escenario de mundo abierto, con un control lento, pausado y en ocasiones mucho más tosco de lo que estamos acostumbrados. La forma más rápida de definir su esquema jugable es ese, nos encontramos ante un título que ofrece en muchas ocasiones la opción de enfrentamientos directos a tiros o usar el sigilo, todo depende de si nuestros enemigos son humanos o bestias. En el caso de lo primero podemos matarlos o noquearlos y en el caso de las criaturas que habitan en el nuevo mundo post apocalíptico no nos quedará otra que huir o defendernos disparando. Si bien hay momentos muy cinematográficos y espectaculares durante la aventura tanto en cantidad como en calidad comparado con sus predecesores, la acción directa suele quedar reservada a deseo del jugador, y es que gastar un buen puñado de balas cuando podemos evitarlo no es la mejor de las opciones en el mundo de Metro, más cuando nos encontramos con una IA que puede tener sus fallas con patrones muy marcados pero que con tres o cuatro disparos bien dados habremos muertos en combate. La supervivencia sigue siendo un elemento clave en Metro Exodus, se han hecho bastantes cambios sobre todo respecto a Metro 2033 a lo largo de la saga y esta vez no ha sido menos, porque controlar los recursos para fabricar inyecciones de salud, filtros para nuestras máscaras o reparar el equipamiento suponen la diferencia entre la vida y la muerte; como ya pasaba en Metro Last Light se ha reducido el nivel de exigencia a la hora de sobrevivir y es un juego mucho más accesible para todos los jugadores, tampoco hay comercio de ningún tipo, en el exterior la mayoría de los humanos son hostiles y no se han recuperado las balas como moneda de cambio en los trueques, una medida que a muchos les encantaba en las civilizaciones subterráneas de Metro 2033 por dar la sensación de estar “disparando dinero” y que tampoco ha sido recuperada para esta entrega. El uso de la máscara no se ha perdido y sigue siendo uno de los objetos a los que más vamos a recurrir y más tendremos que cuidar en Metro Exodus, controlando el tiempo y los filtros de los que disponemos y reparándola en el caso de que nos la destruyan para no ahogarnos en zonas de radiación o sin oxígeno. Lo mismo sucede con la linterna, cargarla en los momentos de calma para poder ver en lugares subterráneos no es una opción sino una obligación para nuestra supervivencia, y es que en Metro Exodus hay ciclos día y noche que afectan también a la jugabilidad, haciendo que de día sea más fácil que nos vean los humanos al mismo tiempo que disminuyendo el número de criaturas y anomalías que vagan por el mundo, o viceversa.

El paso de una jugabilidad lineal al mundo abierto en Metro Exodus ha sido uno de los temas más comentados antes de que el juego saliera a la venta. La propia 4A Games tuvo que explicar varias veces en que consistía ante las dudas de los fans de que se perdiera el enfoque de las anteriores entregas, y no solo no se ha perdido, sino que este cambio ha sentado a las mil maravillas y ha mejorado mucho la fórmula. Es el gran acierto en toda regla de esta entrega, porque hay que dejar claro que no es un juego de mundo abierto al uso, en Metro Exodus te mueves por tres grandes mapas muy diferentes entre sí, pequeños si los comparamos con cualquier sandbox pero muy amplios si tenemos en mente Metro 2033 o Last Light. Este cambio en el planteamiento del mapa por el que nos movemos en Metro Exodus respecto a los anteriores juegos puede recordar mucho, salvando las distancias, a S.T.A.L.K.E.R, es verdad que al no contar con el componente RPG de dicho título no tiene la profundidad ni toma de decisiones de este, pero esa sensación de peligro (porque hay muchas bandas criminales o criaturas hostiles vagando por el escenario) y de soledad al moverte por el mapeado se plasma a la perfección en ambos. Los vehículos como canoas a lo God of War, una furgoneta o un tren sirven únicamente como medio de transporte para movernos rápidamente por el mapa y como enlace entre un punto u otro de la aventura, en estas situaciones no se da pie a grandes momentos de acción que no estén scripteados, solo sirven para dar variedad y potenciar la ambientación y la inmersión del jugador con el mundo. Lo bueno de este tipo de mundo abierto es que a diferencia de por ejemplo un Far Cry 5, en Metro Exodus no te agobias con coleccionables, tareas y demás elementos de relleno, no hay misiones secundarias al uso, porque las pocas que se le podrían llamar así nos irán surgiendo al hablar con los personajes principales, pidiéndonos por ejemplo que consigamos un oso de peluche o una guitarra para nuestra “banda”. Esto y todo lo demás del mundo abierto de Metro Exodus es completamente opcional, y es que el mapa esta vez cobra una importancia capital ya que a través de él veremos puntos de interés a los que visitar, pero normalmente no servirán más que para conseguir recursos de un campamento abandonado y agenciárnoslo como lugar de descanso para recuperar energías con Artiom, o bien de pequeños asentamientos de bandas, donde liquidarlos y hacernos con su botín o pasarlos por alto es decisión completamente nuestra. Lo que ha logrado 4A Games al optar por un mundo abierto enfocado a la narrativa y a una trama principal es que no te pierdas ni te olvides de Artiom y su equipo de rusos supervivientes, una cosa muy habitual en los juegos de mundo abierto que buscan más comerte horas de juego que en contarte una historia, y así en Metro Exodus el único objetivo de dedicarle más horas a explorar es que al llegar al final de la aventura tengas más recursos, objetos y mejoras para tus armas. De esta forma el jugador nunca se va a ver envuelto en una hora donde la trama no avance o estés haciendo una misión secundaria interminable que en realidad no aporta nada, explorar el entorno de Metro Exodus tiene prácticamente como única misión mejorar el equipamiento y las posibilidades ofensivas y defensivas de Artiom en la trama principal, poniendo de límite el propio jugador o el propio mapa, con objetos o mejoras para las armas que se conseguirán única y exclusivamente de esta forma. Puede parecer que no aporta nada, pero a la hora de la verdad va a venir muy bien haber llenado nuestros bolsillos para el transcurso del juego y de esta forma no ir justos de balas o de componentes para fabricarlas y repararlas.

La jugabilidad del juego está plagada de detalles propios de títulos desarrollados por Naughty Dog o Rockstar Games, es sorprendente esta atención por el detalle que han conseguido a todos los niveles. Las armas en Metro Exodus son casi un mundo aparte. Y es completamente cierto. Las armas se manejan de forma similar al resto de entregas, pero hay cambios importantes, en primer lugar, el hecho de tener que estar pendiente de ellas limpiándolas y reparándolas para que no encasquillen o hagan menos daño como ocurría en Red Dead Redemption 2 es esencial para sobrevivir. El hecho de registrar los cadáveres enemigos y escoger entre quedarnos con sus armas o desmontarlas y llevarnos lo que nos interese pone de manifiesto que el post apocalipsis impacta de pleno con la jugabilidad en Metro Exodus. Las armas que podemos llevar en el inventario son de muchísimos tipos (pasando de lanzallamas a recortadas de aire comprimido) y un máximo de tres, dos principales y una secundaria que podemos combinar como queramos, por ejemplo: pistola y escopeta, ametralladora y rifle de francotirador… al tener un sistema de personalización que bebe enormemente de Crysis el abanico de posibilidades a la hora de “construir” nuestras propias armas. Cualquier mejora u objeto que consigamos y se le pueda poner a un arma se nos guardará en la mochila de Artiom y podemos equiparla en medio del escenario o en las mesas de trabajo, estas mejoras van desde miras telescópicas hasta estabilizadores o distintos tipos de cañones para armas de corta o larga distancia. Es decir, que hay múltiples combinaciones de los distintos objetos y que dan lugar a armas que tienen unas ventajas u otras y nos pueden ser útiles en unos contextos u otros, podemos fabricar rifles de larga distancia con un cargador escueto o bien escopetas de una mano totalmente inestables. La dificultad del juego, por tanto, sin ser tan exigente como Metro 2033, sigue estando ahí y no siempre el plan que tengamos en mente saldrá como pensamos en una aventura que se va tranquilamente a un mínimo de 15-25 horas de juego; todo depende del ritmo y de la dificultad escogida, y es que comando difícil sigue siendo una modalidad al alcance de los más exigentes al eliminarte el hud, limitarte los recursos y reducir cualquier tipo de ayuda al jugador. Como ya pasaba con Metro 2033 o Metro Last Light no estamos ante una franquicia muy rejugable salvo que seamos cazadores de logros/trofeos o queramos ver uno de los dos finales que nos ofrece Metro Exodus en función de como nos «comportemos» en el transcurso de la aventura, porque nuevamente el juego hace gala de un sistema de moralidad camuflado que es santo y seña de la franquicia y donde jugará un papel determinante las misiones secundarias que completemos, los civiles que decidamos salvar o no y la sangre fría que tengamos a la hora de matar o inutilizar a los enemigos que se hayan rendido ante nosotros.

«No era un monstruo. Era un ser humano normal y corriente: cruel, imbécil y rencoroso. Como todos los demás».

No había dudas con Metro Exodus, el juego ha sido capaz de situar un nuevo techo tecnológico en lo que a acabado audiovisual se refiere. El nivel de cuidado de 4A Games en este sentido está muy lejos de sus inicios donde tuvieron que crearse su propio motor gráfico al borde de la ruina del estudio. La inversión ha merecido la pena, y aunque pueda lastrar problemas de su falta de inversión inicial, como animaciones faciales poco cuidadas, una física de impactos que parece de la pasada generación o texturas de muy baja calidad en momentos puntuales, cualquiera que pueda probar de primera mano la tercera parte de esta franquicia se le va a quedar la boca abierta. Estamos muy cerca del punto y final de la generación de consolas y es complicado que sorprendan, pero Metro Exodus lo ha logrado en todos y cada uno de estos apartados, quitándole el trono (veremos si temporalmente) a Wolfenstein II The New Colossus como el shooter con mejores gráficos hasta la fecha. Los modelados son de mucha calidad y están muy bien animados, los escenarios de mundo abierto son impresionantes como lucen en sus ciclos día/noche con una variedad de tonos y de colores sin precedentes en un juego de esta temática, lo que se suma a nivel de efectos que hace buen despliegue de partículas… todo esto se combina con la jugabilidad de Metro, dando una sensación de épica y orgasmo visual poco habitual y única de los últimos años. La única cuenta pendiente son los tiempos de carga, excesivamente largos, es verdad que el juego apenas tiene un tiempo de carga inicial y luego solo ocurren al cambiar de escenario, pero tranquilamente pueden irse a los tres minutos de reloj, un aspecto que esperemos se solucione mediante un parche que corrija también otros problemas como caídas o apagones de la consola más frecuentes de lo que deberían. De todas formas, cualquier problema técnico que pueda tener no consigue empañar el apartado visual general, y es que Metro Exodus sienta cátedra en lo que a gráficos se refiere, con escenarios impactantes a la vez que muy distintos entre sí, pasando de explanadas nevadas de la más profunda Rusia hasta desiertos muy inspirados por Mad Max o el famoso bosque que tanto nos impactó en su primer tráiler, porque esa es otra, el downgrade no existe en Metro Exodus. No hay recortes gráficos en lo que se refiere a material in-game que hayamos visto de él, de hecho, luce todavía más cuando lo tenemos delante nuestra que en imágenes o vídeos. La versión de Xbox One X que es la que he jugado es a por la que os tenéis que ir de cabeza, es impresionante como luce a 4K, por lo que es sin duda la versión de consola que hay que jugar de Metro Exodus para ver cómo el juego es capaz de sacar todo el juego a una máquina de sobremesa. La versión de PC ofrece un plus muy notorio de calidad ya que es un juego que aprovecha las nuevas gráficas de Nvidia y su R-Tracing de iluminación que se anunciaron en la GamesCom del año pasado, por lo que a nivel de teselación y físicas también hay cosas que no están en las versiones de consola, no es una diferencia tan impactante como la que había en Metro 2033 entre Xbox 360 y PC, que era directamente generacional. Por lo tanto, se recomienda en PC solo si tienes un equipo capaz de moverlo así, ya que a nivel de control no vamos a tener diferencia en la consola de Microsoft, y es que en Xbox One ya se ha anunciado que el juego también será compatible con teclado y ratón en el futuro.

El apartado sonoro de Metro Exodus tampoco se queda atrás respecto al visual, se nota que 4A Games ha intentado mantener el nivel también en este sentido. La variedad de sonidos que escuchamos en el transcurso de la aventura es notoria, con pisadas, el sonido de las bestias acechándonos y sobretodo la contundencia de los tiroteos que se ve acompañada por la intensidad sonora de las armas al dispararse, dando la sensación de que los disparos hacen daño de verdad. No hay nada que desentone entre lo que estamos viendo y lo que estamos escuchando, y eso tampoco es tan habitual como a uno le gustaría en esta industria. Las voces son prácticamente todas las mismas de las anteriores entregas de la serie, desde nuestro protagonista hasta Anna o Miller, todos repiten en Metro Exodus, pero también hay un buen puñado de personajes nuevos que cuentan con voces de renombre en España como la de Angelina Jolie o el propio Nathan Drake, está claro que en versión original (ruso) estamos ante un juego que gane enteros para aquellos que busquen una experiencia más fidedigna a lo que el estudio ha creado, pero no nos podemos quejar del trabajo de localización que se ha hecho en nuestro país. Por último y no menos importante está la banda sonora, que mantiene el tema principal tan bueno como inquietante de toda la franquicia Metro, pero nos encontramos ante una música que busca destacar principalmente en los enfrentamientos, ya que mientras vagamos por el mundo post apocalíptico del juego siempre se situará en un segundo plano dando prioridad al sonido del juego con el objetivo de fortalecer la inmersión.

«Éramos los dueños del mundo entero. Levantamos gigantescas ciudades de cristal y acero, cruzamos todos los océanos y conquistamos los cielos. No nacimos para vivir en los túneles. ¡Nacimos para respirar el aire fresco y no lo he olvidado! Recuerdo que nacimos para tener una vida mejor y me niego a aceptar que mi destino sea envejecer y morir bajo tierra…»

Poniendo punto y final a este análisis sobra decir que Metro Exodus se coloca como uno de los juegos imprescindibles en lo que va de año, es cierto que nos quedan muchos meses por delante, pero hoy por hoy junto con Resident Evil 2 es hasta el momento de lo mejor que os podéis encontrar en las tiendas este 2019. La obra de 4A Games atesora mucha calidad en todos sus apartados, con un apartado audiovisual que supone la mayor producción de Deep Silver hasta la fecha y que se entremezcla con una jugabilidad que a grandes rasgos mantiene lo que hace grande a esta franquicia e incorpora nuevos elementos sin destruir lo que tanto gusta de ella; es un título muy personal como shooter e incluso también a nivel de ambientación y cómo busca contarnos su historia y sumergirnos en el mundo, no es un post apocalipsis muy a lo que estamos habituados a ver tanto en videojuegos como en otros medios como el cine o la literatura.

La personalidad de su jugabilidad puede no ser del agrado de todo el mundo que busque un shooter frenético como puedan ser Doom o Wolfenstein II: The New Colossus pero una vez te enfrascas con gusto en el universo Metro no podrás salir de él, y es que Metro Exodus supone un cierre estupendo para la trilogía y un punto de inflexión en Artyom y los personajes que le han rodeado en todos estos años. Los fans de esta franquicia no solo van a disfrutar de un juego que es el techo técnico del momento, llevando al límite todas las plataformas en las que ha salido, sino que a nivel de posibilidades el estudio de Kiev no ha sido conformista y se ha limitado a seguir lo que funcionaba en las entregas anteriores, han preferido dar un paso adelante dentro de su propia IP al dotarla de un mundo abierto sujeto al hilo argumental que nos quieren contar. Dando al jugador libertad de acción bajo un nuevo escenario, sin llenarte de coleccionables o de secundarias de relleno para alargar artificialmente la duración del juego, va directo al grano en lo que quiere ofrecer y cómo hacerlo.

No hay excusa para no jugar esta franquicia, y es que las versiones Redux han estado siempre a un precio de risa en todas las plataformas, para más inri actualmente están disponibles dichas dos remasterizaciones, tanto Metro 2033 como Metro Last Light, en Xbox Game Pass. Por lo que si sois capaces de llevaros bien con el enfoque narrativo tan pausado a la par que intenso cuando la situación lo requiera y no sois víctimas de ninguno de sus notorios problemas de lanzamiento, Metro Exodus es un juego sobresaliente y una compra obligada para fans o para los nuevos que tengan ganas de más una vez se hayan puesto al día con la franquicia. Recomendable apoyar esta clase de productos que, si bien no es perfecto ni ha venido exento de problemas o aspectos a pulir y mejorar, son experiencias que se están convirtiendo cada vez más en un bien escaso.

COMPARTE ESTE POST

  • Facebook
  • Twitter
  • Myspace
  • Google Buzz
Autor: ThunderPayne7 Ver todos los post de