Layers of Fear 2

Pincha aquí parar ver la Ficha

Muchos recordaréis el primer Layers of Fear, título que se sumó a la moda «Outlast» y que nos proponía ponernos en la piel de un artista frustrado… con un oscuro secreto. Dado el éxito del juego, estaba claro que tarde o temprano veríamos una secuela. Olvidaros de los cuadros y artistas sin musa. Bienvenidos al Hollywood de los años 30.

Aunque en un juego como este es bastante farragoso contar algo, os podemos decir que en esta secuela encarnamos a un actor que participa en un rodaje dentro de un enorme barco bajo la dirección de un peculiar director. Desde el minuto uno vemos que nada es normal dentro de ese ataúd marino.

Y es que a los pocos minutos de juego, Layers of Fear 2 nos enseña abiertamente sus mecánicas de juego. Si bien en un principio todo parece indicar que estaremos en el barco, todo cambia cuando nuestros «recuerdos» afloran. Es así como el juego varía los escenarios por los que nos movemos, introduce mecánicas de huida o sigilo y no nos deja parar en ningún momento.

Y es que el barco, total protagonista del juego, muta a su antojo conforme avanzamos, recogemos pistas y exploramos cada esquina que se nos permite. Por que claro, la narrativa es muy importante en este viaje a los infiernos y para ello el juego nos guía constantemente tanto en el barco como en las otras localizaciones que visitaremos. Esto no quiere decir que el juego consista en pasearse y aguantar sustos (algunos muy bien medidos, otros no tanto). También tendremos que resolver puzzles con una dificultad ascendente o huir de «algo» con unas mecánicas que nos recuerdan irremediablemente a obras como Outlast o Amnesia.

Al final, Layers of Fear 2 es una casa del terror con grandes aciertos, pero que vuelve a patinar en los mismos defectos de siempre en este tipo de juegos. Una jugabilidad limitada, guiada y siguiendo el ABC de avanzar, recoger objeto y esperar susto. Es cierto que intenta cosas nuevas y que su variedad de escenarios lo salvan un poco de la media, pero siempre nos vendrá a la cabeza que podría ser algo más si se saliera de esa zona de confort en la que están afincados este tipo de juegos.

Su apartado gráfico, que hace uso del ya estándar Unreal Engine 4 nos deja algunas estampas prodigiosas, siendo la versión que hemos jugado (Xbox One X) un portento dentro del género y al que pocas pegas podemos ponerle. Lo mismo ocurre con su apartado sonoro. Música ambiente, silencios que priman el crujir de las tuberías del barco y un doblaje en inglés bastante bueno (con subtitulos en nuestro idioma) hacen de estos puntos los mejores de esta obra. Seis horas de duración en nuestra primera partida nos parece más que justo para una secuela que, en general, se mantiene y nos deja vía libre para el siguiente proyecto del estudio, basado en la Bruja de Blair. Pero eso es otra historia. Ahora nos toca descansar en nuestro camarote e ignorar los ruidos que vienen del final del pasillo. ¿Os apuntáis?.