Dynasty Warriors 8: Empires

Pincha aquí para ver la Ficha

Como muchos sabréis la subsaga Empires es la vertiente Musou más enfocada a la estrategia. No tanto como muchos quieren hacer ver, pero si lo suficientemente diferente a las entregas normales de la saga. De nuevo podemos volver a disfrutar de Dynasty Warriors en consolas de nueva generación y, para variar, vuelve a ser un despropósito como adaptación para máquinas capaces de muchísimo más que esto. Vamos con lo que nos ha parecido Dynasty Warriors 8: Empires.

Si algo he aprendido como jugador de Musou, es que Omega-Force nunca se trabaja las versiones para sistemas más modernos. Salvo que una compañía se meta por en medio (Hyrule Warriors, Dragon Quest Heroes) siempre nos ofrecerán un motor gráfico desfasado y falto de toda optimización. Si es cierto que en esta ocasión el juego se mueve a 60fps, cosa que en la anterior entrega no era así. Pero casi nunca lo veremos en esa tasa de imágenes dado que el juego cae de frames siempre que puede y, por desgracia, en los peores casos posibles. No es de recibo estar en el fragor de la batalla contra 100 npc enemigos y que el juego esté bailando constantemente en su tasa de frames. Esto no sería tan grave en un juego pausado, pero aquí hablamos de combates multitudinarios cada dos pasos. Uno ya está cansado de pedirle a Omega-Force un poco de trabajo y consonancia con los hardware’s actuales, pero mientras vendan bien con la ley del mínimo esfuerzo poco o nada hay que hacer.

La principal novedad de esta entrega es el componente de estrategia que ofrece. Como si fuéramos verdaderos generales, tendremos que preparar nuestras batallas de forma intensiva, formar alianzas con otros imperios e incluso participar en pequeñas batallas para ganar poder y recursos. Todo ello se hace a través de menús en, como no, perfecto inglés.  Aquí sí es importante tener un conocimiento del idioma dado que para poder salir victoriosos debemos planear bien todos nuestros pasos. Si, luego es un desfile de aporrear botones característico de la saga, pero antes de ello debemos saber qué nos hacemos y cual es nuestro objetivo.

En esta ocasión vuelven las estratagemas, sin duda lo mejor de esta entrega. Podremos llevar hasta cinco, haciendo de estas poderosas habilidades nuestro mejor aliado en batalla y la mejor forma de cambiar el rumbo de la misma. Como novedad tenemos las estratagemas a gran escala, que hace cambiar totalmente el transcurso del combate por todo el mapa. Eso sí, para poder usarlas siempre hay que esperar al momento oportuno: bien el clima o retirar X unidades para activarlas. Todas se rigen bajo unas normas concretas y si no se cumplen serán totalmente inservibles.

Por supuesto aquí siguen presentes los matrimonios. Los hijos que tengamos heredarán habilidades de sus padres saliendo combinaciones muy curiosas.

Música, efectos y modelados siguen exactamente iguales que en las anteriores versiones y prácticamente son un calco en todo. Eso si, con todo lo que ofrece hablamos de más de 60 horas de juego para poder sacarle todo el jugo. Y pueden ser muchas más si rejugamos con las armas EX o el modo Free. En eso esta entrega es sin duda la más agradecida, ofreciendo contenido para meses.

Poco más se puede decir de una saga que necesita una revisión a gritos y que, por desgracia, parece no querer dar el salto a la nueva generación. Si Omega-Force trabajase más ese aspecto podríamos hablar de unos juegos imprescindibles. Así solo valen para amantes del género.