DiRT Rally 2.0

8.6 Nota General
Audiovisual: 9/10
Jugabilidad: 9/10
Diversión: 8/10

La jugabilidad lo convierte en el mejor videojuego de rally | Gráficamente ha mejorado a 4K/60fps | Tratamiento realista del mundo de rally (copiloto, equipo, coches…) | Completamente en castellano

No apto para todo tipo de jugadores | Contenido muy continuista y escaso: necesita más modos y se repiten los escenarios | Online poco relevante

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Título: DiRT Rally 2.0

Desarrolladora(s): Codemasters

Editor(es): Codemasters

Plataforma(s): Xbox One (versión analizada Xbox One X), PlayStation 4 y PC

Género(s): Conducción

Lanzamiento: 26 de Febrero de 2019

Idioma: Textos: Español, Voces: Español

Dentro de las franquicias de conducción encontramos apuestas muy distintas, aun siendo un género que dista de mover las masas que puedan mover otros títulos como los shooters en primera persona, no hay duda de que los coches y conducirlos es otra cosa que gusta mucho hacer al gran público en el mundo de los videojuegos. Por lo tanto, como ocurre en otros géneros, la conducción se divide cada vez más en varios subgéneros partiendo de dos grandes esquemas: simulación (Forza MotorSport, Gran Turismo, Assetto Corsa, Project Cars…) y arcade (Forza Horizon, Need for Speed, Project Gotham Racing…). Dentro de dichas vertientes podríamos ser más concretos y separar los que son arcades de mundo abierto de los que no o los que son experiencias corales en cuanto a clase de vehículos y los que son más específicos. Y en ese último engranaje es donde entra una compañía que siempre ha conseguido tener su hueco en el sector, se trata de Codemasters, el estudio galés fundado en 1985 que pegó su gran pelotazo con Colin McRae Rally. La desarrolladora siempre ha estado estrechamente vinculada a los juegos de rally o rallycross, y aunque no lo hicieron del todo mal con Toca Racing Driver o más recientemente la franquicia GRID, poca duda hay de que no tienen rival a la hora de correr sobre el asfalto y superar etapas en tiempo record. La franquicia Colin McRae nació en 1998 en PC y PlayStation, una franquicia que siempre gozó de un éxito comercial y crítico en sus cinco entregas, y a la que el fallecido piloto de rallies había prestado tanto su nombre como asesoramiento técnico para dar fuerza a los títulos. De todas formas, aunque la franquicia Colin McRae tuviera entregas irregulares, la fórmula no se agotaba ya que conseguía separarse por completo de títulos del momento como Gran Turismo independientemente de su calidad, así que siempre tenía asegurado una porción del mercado al no tener una fuerte competencia en el género de los rallies. Pero era hora del descanso y replantearse las cosas, y fue en el E3 2006 cuando conocimos la existencia de Colin McRae: DiRT para una nueva generación de consolas y de jugadores, un giro de tuerca dentro de su buen hacer en la franquicia que buscaba atraer a un público mayor haciendo la conducción mucho más accesible y no tan “realista”. La saga DiRT se estrenó con éxito pero con muchas críticas por parte de los jugadores, y tras un DiRT 3 que tristemente no contaba ya con Colin McRae entre nosotros, Codemasters tenía que volver a los orígenes y replantearse cómo estaban haciendo las cosas con su franquicia estrella.

Fue entonces a principios de 2015 cuando se puso a la venta en Steam un Early Access llamado DiRT Rally, y es que Codemasters estaba trabajando en secreto en un juego de rallyes que volviera a la exigencia que les había hecho grandes en los 64 y 128bits. En lo que DiRT Rally consistía en un principio es en un globo sonda para ver si había mercado para los simuladores de rally o por el contrario los jugadores ya se habían acomodado y no querían complicarse la vida a la hora de ganar. Pero nada más lejos de la realidad, no fueron pocos los usuarios que se lanzaron de cabeza a por DiRT Rally desde el mismo momento que vieron sus ingredientes clave: jugabilidad reconstruida de cero con un control a prueba de bomba, físicas y daños realistas, gestión de tu propio equipo y todo ello envuelto en una dificultad que busca hacernos vivir el rally desde dentro de la cabina del piloto. La base era perfecta para aquellos que buscaran un título de estas características, y lo más importante, al haberlo lanzado en formato Early Access en la plataforma de Valve se consiguió que el juego fuera desarrollándose con el apoyo y el asesoramiento de la comunidad que había comprado y estaba jugando al juego. A finales de 2015 con todo el contenido, actualizaciones y arreglos listos había llegado la hora de que DiRT Rally saliera de la incubadora y se pusiera a precio de juego completo en PC, para que después, viniendo del éxito rotundo a todos los niveles en teclado y ratón, se anunciara una versión del mismo para PlayStation 4 y Xbox One que se puso a la venta en 2016.

No había lugar a la duda de que Codemasters había dado en el clavo con DiRT Rally y que les había devuelto al estatus que jamás tenían que perder. Los titubeos con Colin McRae DiRT o spin offs como DiRT Showdown no habían terminado de convencer al público, pero eso no impidió a Codemasters intentarlo una vez más con su franquicia principal, fue entonces en 2017 cuando anunciaron y lanzaron DiRT 4. En esta entrega el estudio buscaba combinar los aciertos de sus dos ramas, por un lado, el tono más arcade y desenfado de DiRT 3 junto con todo el componente de gestión del equipo de DiRT Rally. Si bien DiRT 4 era mucho más sólido que muchas de sus entregas anteriores en parte gracias al híbrido que había conseguido crear Codemasters y a la buena cantidad de contenido que habían dotado al título con muchos vehículos, campeonatos oficiales y editor de niveles; no cabe duda que el juego carecía de un apartado técnico a la altura y contaba con el descontento de los más puristas del rally que temían que se les hubiera dejado de lado, algo que se hizo de notar desde prácticamente el momento en el que se anunció. Después de DiRT 4 hubo una reestructuración interna en Codemasters, donde Paul Coleman que había sido director de la franquicia desde su inicio (sí, incluyendo el primer Colin McRae) anunciaba su marcha en 2018, así que era el momento de pensar muy bien cuál iba a ser el decimotercer título de rallies creado por la compañía. Con una Codemasters que traía sangre nueva se sumaban colaboraciones como los pilotos Ryan Champion y Jon Armstrong, era el momento de volver a la simulación y el realismo, llegaba la hora de DiRT Rally 2.0. Como venía siendo habitual, el demandado por los fans DiRT Rally 2 también se presentó sin ninguna clase de floritura ni evento de ningún tipo, de forma repentina supimos de su existencia y también que su lanzamiento se produciría bastante pronto en PC, PlayStation 4 y Xbox One. La idea de Dirt Rally 2 era clara, recuperar la magnífica fórmula del early access que tanto cautivó a prensa o usuarios y subirla de revoluciones en una secuela. ¿Conseguirás llegar al final del análisis para averiguar si lo consiguió o abandonas a mitad de la etapa?

“El secreto del rally radica en frenar un segundo después de lo que indica el sentido común y acelerar un segundo antes de lo que impera la lógica”.

La base de DiRT Rally 2 es exactamente la misma de la primera entrega, nos encontramos ante un videojuego continuista, un título que sigue al dedillo y mantiene todo el atractivo que encontramos los jugadores en el Dirt Rally original al mismo tiempo que intentar dar pasos adelante para conseguir un acabado más realista e inmersivo. El control es impecable y casi perfecto si disponemos de un volante, no sorprenderá a los que le destinaron decenas de horas a Dirt Rally pero estamos ante una franquicia que no necesita cambiarlo, sino renovar y pulir una fórmula que ha sentado un precedente en los juegos de conducción de rally. La exigencia se palpa en la propia jugabilidad más que en cualquier otro apartado, muchos tratan de definir DiRT Rally como el “Dark Souls de los juegos de coches” y aunque sea odiosa esa comparativa no hay duda de que el juego de Codemasters tiene en común con From Software esa filosofía de ensayo y error, de aprendizaje constante a cada partida y en ocasiones de memorizar nuestro entorno para salirnos con la victoria. El juego es poco condescendiente con el usuario, no existen prácticamente ayudas a nivel control o estabilidad y cualquier desastre que ocurra en los trazados y sus respectivas etapas depende exclusivamente del jugador, se puede adelantar que por mucho que busquéis en las escuetas ayudas que ofrece Dirt Rally 2.0 no encontraréis un rebobinado ni un trazado óptimo y tendréis que habituaros al número máximo de veces que podemos reintentar un campeonato que es de cinco. Esto último supone un cambio respecto al primer DiRT Rally, que nos permitía reintentar cuantas veces quisiéramos a cambio de una penalización económica, en DiRT Rally 2.0 repetir más de la cuenta implica que tengamos que abandonar un trazado con la correspondiente descalificación o llegar a la meta cómo y en el puesto que podamos. Pero esto es solo un ejemplo de la exigencia que vuelve a hacer gala esta IP, y es que el sistema de daños y de colisiones vuelve a elevar el listón en lo que a juegos de conducción se refiere. No encontraréis en ningún otro título de conducción “para las masas” (Forza MotorSport, Gran Turismo, Project Cars…) el sistema de físicas tan pulido y realista del que presume Codemasters; donde cualquier choque en función de la velocidad que llevemos supone la diferencia entre entrar en el pódium o no, deja patente que DiRT Rally 2.0 no es un juego apto para jugadores ocasionales, este es solo un pequeño ejemplo del nivel de dificultad del que estamos hablando, no hablemos ya de aparatosos accidentes que requieran reestablecer el vehículo o arreglar una rueda pinchada y que vienen acompañados de una pérdida adicional de tiempo para volver a colocarnos en el trazado. El motor, la suspensión, los frenos, los imprescindibles faros para trazados nocturnos… cualquier componente de un vehículo que os podáis imaginar se ve afectado en las carreras de DiRT Rally 2.0, de hecho, aunque hagamos etapas perfectas se irán desgastando las distintas partes del automóvil y tendremos que repararlas cada dos etapas por campeonato mediante el uso del equipo.

En este punto entra en juego un elemento importante presente en DiRT Rally y DiRT 4, se trata de “Mi equipo”, los encargados de reparar nuestro coche dentro y fuera de la pista. El número de reparaciones en un campeonato están limitadas por el tiempo, si superamos los 30 minutos de rigor en el garaje saldremos más tarde que el resto de competidores del rally, por lo tanto, si estamos con el coche muy dañado habrá que ser selectivo a la hora de que partes de un vehículo queremos reparar y cuales convivir con ellas. La carrocería es la carcasa que protege los órganos vitales del coche, de modo que es un componente que solo repararéis en caso de tener el coche en muy buen estado, la misma teoría se aplica a las ruedas o piezas que sí o sí se irán deteriorando al conducir por el asfalto. Como venía diciendo, nuestros compañeros de rally (copilotos e ingenieros) serán en ocasiones tan vitales como nuestra habilidad al volante para ganar un campeonato, resulta indispensable mejorarlos para que sean capaces de arreglar los vehículos en menos tiempo del deseado o de devolvernos a la pista si nos salimos fuera con la menor penalización posible. ¿Cómo mejoramos a nuestro equipo? Con los créditos que conseguimos ganando campeonatos, no hay más, este es uno de los apartados principales de DiRT Rally 2.0 y que hereda de la primera entrega en cuanto a progreso del jugador, el dinero, que se usará para mejorar a nuestros compañeros de equipo, añadir otros nuevos y aumentar el número de los mismos, mejorar vehículos o también para adquirir coches nuevos para nuestro garaje. De modo que lo más aconsejable es invertir muy bien el dinero que consigamos en las primeras carreras para ir construyendo un equipo capaz de solucionarnos las meteduras de patas y un coche lo suficientemente mejorado como para competir en velocidad con nuestros rivales y no quedarnos atrás, solo así y con nuestra habilidad al volante que vaya tomando forma a medida que le dediquemos nuestro buen número de horas a DiRT Rally 2.0 seremos una figura a tener en cuenta en el mundo del rally.

La forma principal de disfrutar de esta secuela es esa, pero hay varios modos donde Codemasters ha intentado ir un paso más allá respecto a su predecesor, manteniendo estilos de juego presentes en DiRT Rally y al mismo tiempo añadiendo otros nuevos. En primer lugar, están dos tipos de conducción: rally y rallycross, la primera es el típico trazado dividido por etapas que se divide a su vez en campeonatos constituidos de varios tramos; y el segundo es más frenético al enfrentarnos a otros cinco pilotos en circuitos cerrados de varias vueltas (con una vuelta especial) y que pone de manifiesto una IA agresiva que no nos pondrá las cosas fáciles en ningún momento de juego. Los coches de rally y los de rallycross se conducen de forma bastante diferente, si bien en ambos estaremos corriendo sobre una mezcla entre asfalto y tierra la mayor parte del tiempo, no es lo mismo ir en una etapa prestando nuestra atención exclusivamente al entorno y a las indicaciones del copiloto que también a lo que puedan hacer otros coches en la pista. De modo que tenemos dos estilos de conducción de rally en el juego y, esto al mismo tiempo da lugar a cuatro modos de juego con regresos a la par que otros nuevos: Campeonatos Históricos, FIA World Rallycross Championship, A medida y Contrareloj. En “A Medida” crearemos campeonatos a nuestro antojo al mismo tiempo que podemos unirnos a los de otros jugadores, siendo el mayor a la par que escaso componente online del que hace gala DiRT Rally 2.0, mientras que “Contrarreloj” no requiere presentación al ser un modo clásico donde competimos contra nosotros mismos para mejorar nuestros tiempos en cualquier escenario del juego. Las novedades radican en “Campeonatos Históricos”, que como su propio nombre indica nos pondrá en la piel de trazados y vehículos que han marcado un antes y un después en el mundo del rally, un modo que hará las delicias de los que busquen históricos rallies a manos de un Lancia Fulvia HF o el mítico Subaru Impreza de Colin McRae; luego está “FIA World Rallycross Championship”, la licencia oficial de este campeonato que está compuesto de ocho pistas de cuatro categorías.

Como veis, Codemasters ha intentado aportar contenido, pero se queda bastante lejos de lo esperado  por parte de una segunda parte que pretendía mejorar esa carencia que estaba justificada por las circunstancias de un early acces de la primera entrega y que, si bien no podemos exigirle a un juego de conducción que nos ponga en pantalla una trama argumental digna de Metal Gear Solid, se echa en falta un modo historia poniéndonos en la piel de un famoso piloto de rallies como viene haciendo FIFA o WWE 2K en sus respectivos géneros. Los minijuegos habituales de la franquicia DiRT quizá desentonen con el planteamiento serio y realista de un DiRT Rally pero esperemos que el estudio tenga en cuenta de cara al futuro esta falta de contenido que se le hace notar al título una vez le hayamos dedicado un buen puñado de horas. El hecho de ambientarse exclusivamente en rallies no le exime de una notoria ausencia de novedades que es solucionable tal y como hemos visto en otros videojuegos de Codemasters, ya sea apostando por caminos que conocen ellos mismos de sobra u otros nuevos por los que se deberían atrever a embarrar en futuras entregas. Por suerte están los eventos diarios y semanales cuando hayamos completado todo lo completable de base, una idea similar aunque no tan cuidada de lo que hace Playground Games con Forza Horizon 4 al ir incorporando cada siete días nuevos retos dentro de las mismas pistas, en estos campeonatos de distinta duración tendremos que enfrentarnos contra la IA o batir los tiempos a nivel mundial de otros jugadores en modalidades de rally o rallycross, una forma clave para ganar dinero e ir progresando con nuestro piloto y que en cierta manera nos puede animar a no abandonar el juego pronto si no somos eruditos del mundo del rally.

Afortunadamente el núcleo jugable de DiRT Rally 2.0 es tan sólo que cualquier carencia que pueda tener no consigue ensuciar del todo la propuesta de Codemasters, consiguiendo que estemos enganchados por lo exquisito que resulta jugarlo que por la cantidad de horas brutas que sea capaz de ofrecer. Los automóviles del juego además de que se manejan de forma muy fidedigna al de un auténtico rally, es bastante denso su catálogo en cantidad y tipos de coches presentes en el título, con un total de 50 coches de diferentes épocas, potencias o tipos de tracción. En este sentido la cifra no se queda escasa ni mucho menos para estar ante un juego que solo puede ofrecer coches de rally o rallycross, y es que nos llevará bastante tiempo llenar nuestro garaje de ellos, teniendo que completar muchos campeonatos para tener el dinero suficiente. Las opciones de personalización son nulas con una propuesta de juego que no consiste en fardar de nuestra colección de coches, sino más bien porque tener más de uno en la recámara resulta muy útil si estamos compitiendo en un evento y queremos participar en otro al mismo tiempo sin abandonar el actual. De modo que a falta de ver también que planes va a tener Codemasters en este sentido a la hora de ofrecer nuevo contenido por parte de su pase de temporada no podemos quejarnos, no faltan históricas marcas del mundo del rally como Audi, Citroen, Ford, Lancia, Mitsubishi, Opel, Peugeot, Renault, Subaru, Volkswagen e incluso Aston Martin.

“No es más rápido el que más tarde frena, sino el que antes acelera”.

Donde más se ha notado el salto de DiRT Rally 2.0 con respecto al anterior es en su apartado visual, haciendo uso del EGO Engine como el habitual motor gráfico de Codemasters, se nota que esta vez el estudio ha contado con una inversión mayor y unos niveles de producción que no tienen nada que envidiar a cualquier AAA de conducción del mercado. La mejora gráfica es exponencial en todos los sentidos, con una versión de Xbox One X (a la que corresponde el análisis) que suma otro tanto a favor de la máquina de Microsoft en lo que a títulos multiplataforma se refiere, situando a DiRT Rally 2.0. como uno de los juegos más impactantes y que mejor lucen en una televisión 4K gracias a una resolución dinámica que se mantiene en los 2160p nativos en prácticamente todo momento frente a los escasos 1080p de PS4 Pro. Esto no es todo porque junto a unos modelados de los vehículos repletos de detalle, una iluminación espectacular, unos reflejos muy conseguidos y un motion blur cinematográfico en Codemasters han sido capaces de mantener los 60 fotogramas por segundo imprescindibles para lograr una suavidad en pantalla acorde con el apartado jugable que buscan ofrecer. Por lo tanto, estamos ante un título que es visualmente impactante y que a nivel técnico sienta cátedra al ser capaz de mantenerse en los 4K y 60fps si vamos a jugarlo en PC o Xbox One X, sacando un gran jugo del hardware actual y sobretodo de la consola de sobremesa de los de Redmond que se defiende y va un paso más allá, y es que este punto de DiRT Rally 2.0 perfila a Codemasters como una de las desarrolladoras multiplataforma más capacitadas para sorprender a los amantes de los gráficos en el género de la conducción.

Los escenarios de DiRT Rally 2.0 merecen una mención aparte, y es que resulta inevitable no pararse en ellos si estamos hablando del apartado puramente gráfico del juego. Nos encontramos ante un título de rallies que nos llevará por varios lugares del mundo, desde Inglaterra hasta Argentina o Australia y pasando por España, con toda la variedad climática que caracteriza a cada país de su respectivo continente. Los escenarios verdosos característicos de la península ibérica o las islas británicas son buenos ejemplos de que Codemasters sabe lo que hace y como impactar al jugador con los entornos de los que hace gala en los trazados que componen el título, obligándonos a conducir por asfalto, tierra o polvo como buen simulador de rally que se tercie. Desgraciadamente no son muchos, y es que se repiten muchísimo cuando hayamos llegado aproximadamente a las 15 horas de juego, dejando una sensación agridulce en cuanto a cantidad que no a calidad de los mismos, si bien el juego presenta una climatología variable con carreras en las que veremos salir el sol o esconderse y lluvias torrenciales que crean charcos y ensucian nuestro coche gracias a la degradación de terreno donde Codemasters ha modelado el asfalto en capas que se deterioran en tiempo real; resulta imperdonable que enseguida estemos repitiendo una y otra vez las carreras por los mismos escenarios ya sea en modos rally o rallycross. La ausencia de los escenarios nevados de lanzamiento ha sido una de las más injustificables, y es que mientras la primera entrega ya traía de serie el hielo y la nieve que tan complicada pone la conducción al volante, en DiRT Rally 2.0 tenemos que esperar al primer contenido post lanzamiento para echarle el guante al mítico trazado de Monte Carlo.

Como guinda del pastel en el lado audiovisual encontramos la parte sonora, que no desentona con el resto del producto, haciendo de DiRT Rally 2.0 un envoltorio muy bien producido y resuelto. Los sonidos de los motores, del asfalto marcado por los neumáticos y toda la emoción del rally se vive intensamente al haber cuidado mucho Codemasters todo lo que entra por nuestros oídos. El juego está totalmente localizado al castellano e incluso doblado, una característica que suele ausentarse bastante en el género de la conducción, ya que muchas compañías consideran innecesario una vez se haya cumplido con los subtítulos, pero que no es este el caso, y es que el estudio inglés le pega un tirón de orejas a editoras con más recursos como por ejemplo Microsoft que dejó de traer las voces en castellano para Forza. La inmersión que supone escuchar al copiloto dar las indicaciones en nuestro idioma lleva un paso más allá el realismo durante el rally, es importantísimo e indispensable prestar toda nuestra atención a su ayuda para saber a la velocidad que debemos ir, el tipo de curva con el que nos encontraremos o cualquier incidencia en medio del trazado. Por otro lado, el juego presenta una banda sonora ausente, con un tema principal que suena en los menús y se repite hasta la saciedad, no esperéis música marchosa o fiestera como un Need for Speed ni temas musicales que se os queden guardados en la cabeza.

“La única forma de ganar un mundial consiste en ganar carrera a carrera”

Los fans del mundo rally están muy de enhorabuena con DiRT Rally 2.0 y es que Codemasters se ha reafirmado como la compañía que mejor sabe entender y llevar este estilo de conducción al mundo de los videojuegos. Estamos ante una segunda parte que es una absoluta gozada de jugar gracias a su sistema de control y físicas; un título más que notable bajo una experiencia solvente, profunda, exigente y realista que se perfila como un imprescindible para cualquier seguidor de mundo del motor y que esté buscando una experiencia capaz de ponerle a prueba al volante. La desarrolladora sabe cuál es su target de usuario y por eso le ofrece completamente en castellano este producto realizado con un mimo y respeto máximo a la hora de plasmar el rally en todas sus vertientes, empaquetándolo además con un EGO Engine que toca techo en PC, PlayStation 4 y Xbox One.

A día de hoy el apartado online se queda escueto, no es fallido porque funciona sin problema ninguno, pero está lejos de toda competencia en un momento en el que las apuestas masivas y competitivas con otros jugadores son la base para crecer y mantener un título vivo con el paso del tiempo. En ese sentido es también un juego de nicho, tenemos serias dudas de que DiRT Rally 2.0 pueda vivir más allá de la experiencia para un solo jugador. Una experiencia sólida, sobresaliente en prácticamente todos y cada uno de sus apartados audiovisuales y jugables pero que también se viene lastrada por una falta de contenido imperdonable cuando lanzas al mercado una secuela que busca ser “más y mejor” para quedarse solo con ser mejor que su predecesor a la hora de refinar y pulir la brillante fórmula. Esperemos que Codemasters le aporte más chicha en el futuro y tome nota de cara a una tercera entrega para construir por fin, un título sobresaliente sobre una base que ya es perfecta, puesto que el estudio tiene mimbres e ingredientes de sobra para seguir codeándose con los más grandes del género de la conducción sin excusas. Porque en el resto y en lo suyo, pese a todo, DiRT Rally 2.0 sigue siendo el rey.

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Autor: ThunderPayne7 Ver todos los post de