Badland: Game of the Year Edition

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Badland ya venía precedido de gran reputación en su paso por los smartphones. Un juego que en su base es simple, como cualquier otro juego de esa plataforma. Pero si rascas un poco te das cuenta de que el mimo y dedicación que tiene va más allá de un mero juego de móviles. ¿Y qué es lo que tiene de especial?.  El uso de las físicas.

La premisa de Badland es simple. Tomamos el sistema de control tipo Angry Birds y lo mezclamos con una estética llena de luces y sombras. Una mezcla entre Limbo y Braid es lo primero que se nos viene a la mente cuando el juego despliega toda su belleza en pantalla. La diferencia entre el famoso juego del pájaro y el que nos ocupa es su sistema de físicas. Aquí todo se basa en saber calcular exactamente el peso de nuestro personaje, Clony, y cómo podemos llevarlo a través de los niveles del juego. ¿Y cómo se consigue esto?. Clony es capaz de hacerse más grande, más pequeño o multiplicarse haciendo que su peso sea distinto en todo momento. Como ejemplo tenemos la típica fase en la que debemos pasar por un pequeño hueco y después salir volando con unos ventiladores. Si Clony pesa mucho no podrá pasar por el hueco pero el ventilador hará que nos catapultemos por la fase. Si somos pequeños podremos pasar por donde queramos pero el ventilador, al ser tan minúsculos, nos triturará. Sumadle que el peso influye en el control de nuestro personaje, haciendo que seamos lentos cuanto más grande se haga o unas balas si somos pequeños. Como decimos, todo influye en Badland gracias a las físicas.

Eso sí, no penséis que el juego por ser «simple» es un paseo. Badland es probablemente uno de los juegos más desafiantes que podréis jugar en vuestras consolas a día de hoy. Y hablando de jugar, os aseguramos que tendréis juego para rato: dos mundos distintos, día uno y día dos separados en bloques distintos de diez niveles y con un total de cuarenta. Todos ellos en diferentes horarios: amanecer, mediodía, anochecer y noche. Y ojo, sin destripar nada, no acaba ahí la cosa….

Gráficamente Badland es un juego, hablando en plata, precioso. Luces y sombras acompañan nuestras andanzas con Clony. Tonos más coloridos de día y siniestro al llegar la noche. Todo unido a una gran variedad de niveles con diseños totalmente distintos. Desde luego es uno de los Indies más trabajados en ese aspecto. Esto último también podemos decirlo del control. Adaptado perfectamente a nuestros mandos, el timing lo es todo y es por eso que el juego responde al segundo con nuestras acciones. Aquí no hay injusticias, si juegas bien pasas de nivel.

Quizás lo peor del juego es su apartado sonoro. Y es que aunque suficiente, faltan canciones y todo se queda en música para acompañar nuestra aventura. Ni molesta ni la recordaremos especialmente. Todo está pensado para no despistarnos en ningún momento.

Con todo lo dicho, Badland se ha ganado el derecho de ser uno de los mejores indies del año junto a Ori. Gráficamente precioso, jugablemente perfecto. No nos cansamos de pedir más juegos como estos para los bazares de One y PS4 cada semana. Ni os lo penséis, Badland os enamorará.