Después de haber probado unos cuantos eventos de la expansión Storm Island de Forza Horizon 2, toca tratarla lo justo y necesario. Storm Island es una pedazo de expansión que nos emplaza a un nuevo lugar al que se puede acceder desde Forza Horizon 2. El videojuego de conducción tiene un estilo que tira hacia lo arcade, pero en la expansión el control es más complejo debido a las circunstancias que ofrece el nuevo contenido.
Storm Island como su propio nombre indica es una isla en la que predomina las fuertes lluvias y el mal tiempo. En ocasiones se compagina una lluvia torrencial con una niebla muy espesa, con lo cual apenas se avista lo que hay en frente o a los lados. De esta manera, en los eventos se transmite la sensación de tener que seguir al valiente que está delante. Esto propicia que hayan muchos choques, que se pierda el control del vehículo… y es que el terreno embarrado es muy diferente al asfalto o a la tierra que ‘se pisa‘ en Forza Horizon 2. Es otra superficie que conlleva otro tipo de control.
Por otra parte, la expansión ofrece nuevos coches, nuevas opciones para tunear que se adaptan a la nueva superficie, nuevos eventos, más carteles que romper, nuevas carreteras que descubrir… desde luego, Storm Island es de lejos una de las mejores expansiones de lo que llevamos de generación. Requiere su tiempo de adaptación al nuevo manejo, por lo demás es una gozada.
Hemos capturado uno de los eventos que no se nos dio muy bien, entre la facilidad de irse de marras con el vehículo y la espesa niebla que abunda en ese evento, se tuvo que tirar de la Y para poder quedar en un puesto digno para así ganar el campeonato.
Gameplay propio:
